28 marzo, 2024

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N° 11 Administración del tiempo de trabajo y de descanso

Prof. Sara Sanchez Mera

Les cuento una anécdota que me dio pie para tratar el tema de la administración del tiempo de trabajo y el tiempo de descanso. Hace unos años un grupo de profesores jujeños realizamos una licenciatura en Administración Educacional en la ciudad de Iquique, Chile. Era en los meses de enero y julio. Teníamos una sola asignatura por semana, mañana y tarde. Los viernes a la tarde teníamos el examen final. Lógico, estábamos cansados de la semana tan pesada y como “buenos argentinos” que nos quejamos de todo, pedimos a las autoridades de la universidad que los exámenes fueran el lunes a la mañana para poder repasar el fin de semana.

Nos dijeron que no. Que el programa estaba planeado pensado en nuestro tiempo de estudio y momentos de descanso. Nos dijeron, que nos administraban el descanso. De tal manera que tuviéramos el fin de semana para olvidarnos de la asignatura, descansar y volver frescos el lunes a la mañana. Fue buenísimo: Los sábados y domingos lavábamos la ropa, hacíamos asado, viajábamos a Arica o a Antofagasta que están cerca de Iquique o nos pasábamos el día dando vueltas por la Zofri.

Ahí me di cuenta qué importante es saber administrar bien nuestro tiempo para poder rendir en plenitud de acuerdo a nuestra capacidad.

Veamos un poco de historia sobre este tema. Durante la Revolución Industrial (siglo XVIII) la producción en grandes fábricas transformó la vida laboral tradicional, tanto de la mano de obra de origen rural como gremial, imponiendo largas jornadas y condiciones de trabajo próximas a la esclavitud.

En Gran Bretaña se aplicaba la regulación, establecida desde 1496, según la cual la jornada de trabajo duraba 15 horas: desde las 5 de la mañana hasta las 8 de la noche. La semana laboral solía ser de 6 días a la semana y el trabajo infantil era habitual. Las condiciones de trabajo con una regulación tan injusta deterioraban la salud, el bienestar y la moral de los trabajadores.

Recién en el siglo XX, 1917/18 la reivindicación del movimiento obrero por la reducción de la jornada laboral la reduce a 8 horas de trabajo diarias, 40 horas en la semana laboral de 5 días, también conocido como el movimiento por la jornada reducida.

Una pancarta exigiendo la jornada de trabajo máxima de 8 horas diarias, aparecida en Melbourne en 1856 decía «8 horas para trabajar, 8 horas de recreo, 8 horas para dormir». Esta demanda es conocida como la «888».

En nuestro país los empleados de comercio trabajan 8 horas, en la administración pública son 6 horas. De 7 a 13 en nuestra provincia, mientras que en Buenos Aires y en los países del hemisferio norte tanto a administración pública, empresas privadas y las escuelas funcionan de 9 a 17 con descanso a medio día.

Resumiendo:

Administración del tiempo de trabajo – No es conveniente que sea más de 8 horas, con un descanso a medio día. De este modo se mejora el desempeño de las tareas con el fin de obtener un resultado satisfactorio dentro del plazo estipulado. Es decir, es una forma de mejorar la productividad optimizando la jornada laboral. Mejora nuestra productividad y rendimiento. Reduce y/o elimina el estrés.

El Síndrome de Desgaste Profesional es un padecimiento caracterizado por una respuesta al prolongado estrés laboral, en un estado de pérdida paulatina del interés en las tareas, responsabilidades y puede acarrear profundas depresiones. Esta dolencia repercute en el estado físico, mental y emocional de una persona. 

Existen diferentes causas para su aparición, sin embargo, el más usual son los horarios excesivos para los trabajadores, así como una mala remuneración, reducción de horas de sueño, enfermedades frecuentes. .

Administración del tiempo libre.- Es tiempo dedicado a algunas actividades obligatorias pero no laborales, como comer, dormir, hacer tareas de cierta necesidad, etc. La administración del tiempo libre puede estar llena de ocupaciones de distinta índole. Vendría a ser tiempo improductivo, es decir, tiempo en el que cumplimos una tarea no remunerativa.

Del mismo modo, contar con un espacio para la recreación ayuda a las personas a dedicarse a actividades personales, que les permiten crecer en el ámbito personal y profesional. 

Son actividades de esparcimiento y recreación que no solo entretienen sino que también contribuyen al desarrollo del individuo. Como:

Practicar deportes                               Estudiar idiomas

Organizar salidas                                Ayudar en casa

Jugar en casa o al aire libre              Organizar fiestas familiares

Hacer visitas culturales                      Viajar

Integrar cuerpos de baile                   Integrar coros u orquestas

El tiempo libre brinda al adolescente un espacio para la recreación y el deporte, actividades que se encuentran indiscutiblemente ligadas al desarrollo de la persona adolescente. Se ha dicho que la adolescencia brinda una oportunidad para re-hacerse, re- construirse, e ir formulando con ello, la propia identidad

Cuando realizamos una gestión del tiempo adecuada, esta nos permite lograr más con menos esfuerzo, es decir, que cuando aprendemos a administrar el tiempo laboral, logramos mejora nuestra capacidad de concentración, así como un mayor enfoque que nos genera una eficiencia mayor.

Administración del ocio.- Comúnmente se llama ocio al tiempo libre que se dedica a actividades que no son ni trabajo ni tareas domésticas esenciales, y pueden ser recreativas. Tener tiempo de ocio significa dedicarle horas a actividades creativas, sociales, lúdicas que no generan un estrés adicional, sino más bien placer. El ocio es un bien altamente valorado para la sociedad. Su valor terapéutico y sus beneficios en el bienestar integral de las personas son innegables.

La palabra ocio es de origen latín “otium” que significa “reposo”. El ocio se representa en las vacaciones o al finalizar el trabajo, los estudios, en este tiempo se puede realizar actividades como: paseos, actividades que el ser humano tenga vocación, por ejemplo: tocar un instrumento, pintar, quedar con los amigos. El asunto es desconectar.

Mejora nuestro sistema inmunológico: Realizar actividades físicas en tiempos de ocio permite mantenernos sanos, incrementando nuestras defensas, reduce los niveles de estrés: El estrés prima en nuestra vida diaria, y la mejor forma reducirlo es dedicar tiempo a practicar hobbies o simplemente no hacer nada. .

En los años sesenta el sociólogo francés Joffre Dumazedier escribió sobre la inminente llegada de la sociedad del ocio. Nuestras casas se han llenado de sofisticados «objetos de ocio», desde aparatos audiovisuales de todo tipo hasta ordenadores y consolas de videojuegos. Paseamos, hacemos deporte, vamos al cine, a los gimnasios, a exposiciones y a restaurantes. Viajamos más y más lejos. La importancia queda reflejada en las actividades que se llevan a cabo clasificadas en tres grandes áreas: turismo, cultura y deporte

En educación son de fundamental importancia las actividades recreativas. En Delta convertimos en recreativa las actividades grupales que se realizan para transferir conceptos a las practicas. Los mismos alumnos organizan presentaciones de sus trabajos, con público. Disfrutan mucho no solo en la organización y presentaciones sino que luego se quedan en el Instituto compartiendo comida, bebidas y música. El viernes pasado tuvimos una fantástica presentación de maquetas realizadas para la cátedra Medios de Representación. Los participantes confesaron que se habían divertido mucho en la confección de las mismas.